martes, 6 de enero de 2009

JELBOI DOS: DE GOLDEN ARMI


Desde que los precios de las entradas de cine empezaron a subir en la misma medida que bajaba la calidad de las películas, dejé de acudir con asiduidad a las salas. De hecho, últimamente apenas piso una. Mucho tiene que llamarme un título para que me arriesgue a darle siete de mis euros a alguna bazofia de las muchas que puebla la cartelera actual. Aunque salir con los amiguetes es una buena razón para arriesgarse, porque claro, ahí a lo que voy es a pasar el rato con ellos, no por la película en sí.

La última que he ido a ver al cine ha sido Hellboy II, y no me arrepiento, oigan. Y es que una de las pocas personas de Hollywood de las que mas o menos me fío es el director de este film, aunque sea amigo de Santiago Segura. Confieso que aún me quedan unas cuantas películas pendientes de ver del señor Guillermo del Toro, pero desde luego hasta ahora casi todas sus películas me han gustado. Hasta el punto de que me hace tener esperanzas de que El Hobbit y su secuela puedan llegar a ser decentes.

Puntualizo: casi todas me han gustado, claro, luego está Mimic...

Sin embargo, no puedo decir si es una buena adaptación del tebeo en el que se basa o no, ya que yo no lo he leído apenas.

Y hace unos días tuve ocasión de disfrutarla dos veces mas, en DVD, en versión doblada y subtitulada, y me encontré con una cosa curiosa.

Ahora voy a comentar una escena de la película. Yo creo que no es espoiler, pero por si acaso aviso. Que hay gente muy quisquillosa con estas cosas.

Algo avanzada la trama dos de nuestros héroes principales acaban cantando a dúo una canción. No, la película no es un musical, esto está totalmente justificado en la trama. Y el caso es que los amiguetes que estábamos viendo la peli, y yo, nos encontramos con una curiosidad digna de mención. Pero en vez de contársela les dejaré que la vean.


Estos son los subtítulos en inglés de la escena.


Éstos, los mismos, pero en italiano.


Y éstos, los subtítulos españoles.


No se quién es la persona responsable de la redacción de dichos subtítulos pero, como dice un amigo mío, ¡¡una calle con su nombre ya!!