sábado, 23 de febrero de 2008

TRANQUILIDAD SONORA

Bueno, pues ya toca el segundo relato de épica absurda. La verdad es que ha sido buena idea, estos relatillos vienen bien para rellenar posts cuando no sabes qué poner. Como de costumbre lo he retocado un poco.






TRANQUILIDAD SONORA
(EDICIÓN ESPECIAL)


Érase una vez, un reino perdido que tenía graves problemas. Pero como estaba perdido, nadie pudo llegar hasta él para solucionarlos. Por eso esta historia no tiene nada que ver con ese estúpido reino. El rey Pringasaltos 3º tenía un gran problema. El reloj dio la una. Así que dio la orden de encontrar a los más bravos héroes para solucionarlo. El rey, no el reloj. Seis soldados los encontraron, así que el rey les mandó degollar y envió a otros seis que además de encontrarlos le hicieran el favor de traerlos ante su Real presencia.

La taberna “el carnero blanco” había sido reconstruida. Los más grandes héroes se encontraban allí, y también algunos cuantos tipos insignificantes. Las risas surgían de la taberna, porque la verdad es que allí dentro no se estaba riendo nadie. El reloj dio las dos. Las mesas estaban llenas de muchas “I” que nadie sabía qué significaban. Giman, el héroe, trataba de desclavar su espada del techo, Coñan, el bárbaro, era más bárbaro todavía, el Guerrero del Antifax echaba un pulso consigo mismo, Bárbara estaba royendo una mesa y el Parjolillo trataba de mantener en equilibrio una cuchara en la punta de su lengua mientras bailaba una muiñeira. Dorimedonte Teodosio "el Nano", villanos le maten, por su parte, estaba clavado al techo, pidiendo por favor que le bajasen, que se estaba aburriendo. De repente, la puerta se abrió. Luego se cerró. Se volvió a abrir. Las ventanas se cerraron. La chimenea salió volando. Las mesas se encabritaron. Las sillas se volvieron reacias a la subordinación. El tabernero se volvió negro. Y por fin, allí de pie, en el umbral de la puerta, se encontraba el mensajero del rey.

- ¡El rey reclama la presencia de los más bravos héroes de su reino! - gritó el mensajero mientras las sillas pateaban, mordían y se sentaban encima de sus ocupantes. Y cuentan que, perseguidas por las masas enfervorizadas, dos de las sillas asesinas lograron escapar, refugiándose en los bosques. Se enamoraron y tuvieron muchos taburetes, que al crecer dedicarían sus vidas a ayudar a los animales del bosque a sentar cabeza. Pero eso es otra historia, y ahora no la voy a contar.

- ¡Jo! ¡Hacedme caso! – dijo el mensajero.
- ¿Me podría alguien ayudar a desclavar la espada del techo? - preguntó Giman.
- ¡Esa frase! Entonces, vosotros sois los de la profecía.
- ¿Cómo? - dijo Giman, el cual se sintió pesaroso.
- ¡Otra vez! ¡Entonces es cierto, salvaréis el reino!.
- ¡Por supuesto! - dijo Giman, el cual se sintió estafado.
- ¿Querría alguien desclavarme? - Preguntó el Nano, y le pegaron. El reloj dio las tres.

Los héroes partieron de la taberna y al mensajero por la mitad, confirmando la profecía. A lo lejos vieron el castillo del rey Pringasaltos 3º, así que decidieron acercarse.

- ¡Aaaah del castilloo! - gritó el Guerrero del Antifax.
- ¡Castillo es con C, borrico! - le respondieron.
- ¡Muuuuuuuu! - dijo una vaca que empezaba por V.
- ¡Idiotas! ¡Lo que queremos es pasar! - dijo Giman, el cual se sintió desolado. Una hora más tarde, el mundo era igual de joven. Los héroes se personaron ante el rey, el cual se sobresaltó ante la súbita aparición. Le saludaron dándole palmaditas en ambas mejillas a la vez mientras saltaban dando taconazos en el aire, que era el saludo protocolario.

- ¡Qewifv3o9 v438 vt8 90 5tioth oi47v 98gteiout u7589 60954 y! - Dijo el rey.
- ¡Sí, es verdad! - dijeron los héroes, por si acaso.
- Ru45 4 vrei 54 gfl reil958 45vy48cv 5hi5relkq qEDE dfjl43 gfpooewor4n t44v4oir - insistió el rey.
- ¡Y yo en el tuyo! - dijo un guardia muy irresponsable.
- Grrooouuuurfsss nngaaaajsss - dijo Bárbara, que parecía entenderle.
- ¡Wreiuo 438’fd vflhewjlop32 sdfiew85 i gre09745 dfslkfew32! - continuó el rey.
- ¡Si lo pintas de azul, sí! - dijo el Nano, y le pegaron.
- ¡¡Ñvtriu43 vioh 243oi reioh49 8ioufewjb i434309ure i43i!! - atronó el rey.
- ¡Oh, yeah! - gritaron los jirous (heros) y se pusieron a bailar.
- ¡Ngroi5 tre h tl7 4ew rt43kr ggreqln539 457v reakj ekj5aa43 gtr09! - gruñó el rey, y se le cayó un ojo.
- ¡Graaar sechreckkf ouummmnfh gsaahhh! - dijo Bárbara muy complacida. Al final, los héroes se prepararon para la partida, pero se lo pensaron mejor y se fueron. Al salir del castillo, éste se elevó varios cientos de metros. Los héroes emprendieron la marcha. El reloj dio las doce. Los pájaros se comían unos a otros. Decidieron volver a la posada.

- Bueno’ día’ señore’ ¿qué de’ean tomá? - preguntó el tabernero, que seguía negro.
- ¡Cerveza! - gritó Giman mientras, depilándose la espalda, corría a desclavar su espada.
- Pues yo quiero leche - dijo el Nano antes de que le arrojaran por la ventana. Se sentaron todos alrededor de una mesa, excepto el Nano, al que estaban pateando en la calle unos rufianes. Desde dentro se podían oír sus gritos.

- Si cumplimos esta misión nos cubriremos de gloria - dijo Coñan.
- Ooouuuuummmmppffsss - dijo Giman tratando de desclavar su espada.
- ¿Qué misión? Yo no me enteré de nada - dijo Boing Bum Tchack, todo convencido.
- Pero Bárbara sí lo entendió, ¿verdad? - preguntó Coñan. Bárbara asintió segura de sí misma.
- Pues cuéntanoslo - dijo el Guerrero del Antifax lamiéndose un bíceps.
- Grroourrpfffss aunggsss greearr ponnffress guafffsss unga arf unga grrr pionfsrrull - dijo Bárbara. Coñan se puso hecho un basilisco y Giman se quedó de piedra. En ese momento entró Dorimedonte Teodosio "el Nano", villanos le maten. El reloj dio las cuatro.

- ¿Qué, chicos? ¿Ya sabéis qué hay que hacer? - preguntó el Nano.
- No nos queda más remedio que ir al oráculo de Belfos - dijo el Parjolillo.
- Ouuuuuunnnnggffsss - gemía Giman sin poder desclavar su espada.

A la mañana siguiente, es decir, a las 5, partieron, y por partir, se fueron. El reloj dio las 5. Siete días tardaron en vislumbrar las montañas del Oráculo. Se acercaron a éstas y, en ese momento, unos domingueros se apearon de su Porsche y les mantearon con caballos y todo durante 232 horas. Aparte de eso, no sufrieron ningún percance. Entraron en una sala enorme, tan grande, que si la contemplaseis durante toda vuestra vida os moriríais de aburrimiento. Al final, la sacerdotisa esperaba. El reloj dio las 10.

- Acercaos de uno en uno, y vuestro destino os será revelado - dijo la sacerdotisa.
- ¿Y si lo hacemos de dos en dos? - preguntó el Nano, y le cayó encima un piano. El primero en acercarse fue el Guerrero del Antifax.

- Tu destino está así marcado, guerrero. Las montañas crecerán, los mares hervirán, y cuando dos sabuesos veas correr, en formación de a tres, la dama blanca te tocará, el esturión se unirá y tu destino se sellará - tal fue la profecía que el Oráculo le dio al Guerrero del Antifax. Éste empezó a preguntarse si aquello valía la pizza que compró para el sacrificio. El siguiente fue Coñan, el bárbaro. Le llamaban bárbaro porque nació en domingo.

- Tu destino está así marcado, bárbaro. Aquel que crees amigo, no lo es. Aquel que crees enemigo, si lo es. Cuando no te creas ni a ti mismo, tampoco me creerás a mí. Cuando creas que eres tú, serás yo, pero yo no seré tú. Cuando llegue ese día, tú no serás nadie - dijo la sacerdotisa. Después entró Dorimedonte Teodosio "el Nano", villanos le maten, aún dolorido por el piano.

- Tu destino está así marcado. Cuando los pájaros trinen y las nubes se levanten, unos villanos te darán muerte - el Nano no lo podía creer. Siempre pensó que todo era una broma de sus amigos. Después entró Bárbara.

- Tu destino está así marcado, bárbara. Grroufgs unggg roarrgh uffss gruuuoor errkkghjsf ingaaar rrrooorrfffs uuuunnnghffrdsss aaagaaafffshh mongo urg gr - dijo la sacerdotisa, sin entender ni un solo gruñido. Bárbara, sin embargo, salió complacida y por la puerta. El siguiente fue el Parjolillo. Y el último. Giman decidió comerse la pizza en lugar de sacrificarla.

- Tu destino está así marcado, Parjolillo. Cuando no sepas qué hacer, cuando no sepas a quién acudir, cuando no sepas a dónde ir, estarás completamente perdido. - Boing Bum Tchack se quedó horrorizado, pero se le pasó pronto.

Al salir del templo vieron que no estaban los caballos.

- ¿Dónde están los caballos? - preguntó Coñan.
- Me los he comido - respondió Giman.
- ¿Y ahora cómo vamos a viajar? - preguntó el Guerrero del Antifax.
- ¡Aaaaarrgh! - gritaba el Nano mientras dos tigres le deglutían los muslos. Al rato, y no teniendo nada mejor que hacer, continuaron viaje a pie.

- ¿A dónde vamos? - preguntó Coñan mientras trazaba círculos en el aire con un dedo.
- Grourpfs - respondió Bárbara y le pegó un escobazo al Nano.
- ¡Hemos de cumplir con nuestro destino! - dijo el Guerrero del Antifax mientras se calzaba unas polainas. Bárbara le dio otro escobazo al Nano. El reloj dio las 5. Inmediatamente, y como un solo hombre, los seis guerreros se pusieron a bailar una muiñeira al tiempo que con sus voces imitaban el sonido de una gaita. Bailaron hasta el anochecer y decidieron acampar allí mismo.
Perenne atardeció la madrugada. Boing Bum Tchack se despertó pronto y vio a Giman depilándose los brazos. El reloj dio las 7. El Parjolillo intentó localizar el maldito reloj. Al no verlo, se acercó a Giman para hablar de algo.

- ¿Has probado alguna vez a pescar haciendo el pino? - le preguntó.
- ¿Es que se puede pescar de otra forma? - contestó Giman, el cual se sintió asombrado. Como les gustaba el lugar, para estar allí más tiempo, cada vez que se despertaba uno de sus compañeros le volvían a dormir de un garrotazo. Así pasaron 4 días con sus noches, hasta que se cansaron y los otros 4 aventureros se levantaron muy descansados pero con una enorme migraña. Siguieron viaje hasta que llegaron al lago grande, que en realidad era el más pequeño. Pronto se dieron cuenta de que no podrían cruzarlo de un salto.
- Tendremos que hacerlo en dos - dijo el Nano, y le pegaron.
- Habrá que cruzarlo en balsa - dijo Coñan, y empezó a sudar.
- Mirad, allí hay un barquero - dijo Boing Bum Tchack señalando a un hombre que estaba reparando una barca en la orilla. Se acercaron hacia el hombre y se lo comieron. Acto seguido se dieron cabezazos contra un árbol hasta la inconsciencia, momento que aprovecharon unos rufianes para disfrazarse de pepinillos. Cuando se despertaron, se subieron a la balsa y cruzaron el lago. La balsa hacía agua pero, como no entendían de navegación, no se hundieron. Casi al llegar a la otra orilla, Bárbara creyó ver a su padre buceando en medio de un banco de barbos, pero prefirió ignorarlo.

Al llegar al otro extremo del lago, comprobaron que habían dado la vuelta, así que se pusieron de frente.

- ¿Qué tal si nos tomamos unas cervecillas? - propuso Dorimedonte Teodosio "el Nano", villanos le maten, y le patearon los esfínteres. De todos modos, les pareció buena idea, de modo que se dirigieron a su posada habitual. Por el camino se encontraron con un mendigo que les pidió limosna. Aquel mendigo era en realidad un príncipe desterrado de un lejano reino del sur. Un repugnante tirano había usurpado su trono y se había casado con su prometida, a la que trataba con gran crueldad. Ahora gobernaba el país con mano de hierro. El pueblo estaba dividido y sólo se levantaría contra el dictador a las órdenes de su príncipe, el cual deseaba volver para dirigir la revuelta y rescatar a su amada. Pero eso no llegó a suceder, pues lo primero que hicieron nuestros héroes fue colgarle del árbol más próximo por su atrevimiento.

- ¿Será caradura, el tío? - dijo el Guerrero del Antifax mientras observaba oscilar al mendigo. Después de aquel incidente, los héroes llegaron a la taberna “el carnero negro” y se sentaron en unas sillas que estaban hábilmente dispuestas alrededor de una mesa.
- ¿Qué de’ean tomá lo’ ‘eñorito’? - preguntó el tabernero, más negro que el betún.
- 6 cervezas, por favor - dijo Dorimedonte Teodosio "el Nano", villanos le maten.
- Aho’a mi’mo la’ t’aigo, buana - respondió el posadero, mientras los héroes colocaban al Nano encima de la mesa y le arrancaban la ropa a jirones. Los gritos de la clientela animándoles llenaron la sala.
- Aquí tienen ‘u’ ce’veza’, caballe’o’ - dijo el tabernero volviendo con una bandeja llena, mientras el Nano, tapándose con dos vacías, iba a comprarse ropa nueva.
- Muy bien. Muy ricas las cervezas, pero ahora, ¿qué hacemos con la misión? - dijo Coñan.
- Grrouurggss jjjjsss ungüeeergssss brrrooiiirgsfl - dijo Bárbara.
- 7983 x 672-15 = 1.9745566-34 - dijo Sancho Ensanchado. Giman intentaba desclavar su espada sin éxito. El destino del reino estaba en sus manos, y no sabían qué hacer.

- Tabernaaaas, qué lugareees más gratos para conversaaar. No haaaay cooomo el calor del amor en una tabernaaa - cantaba Pipumpapumpí, el bardo. El alegre juglar entró cantando por la puerta de la taberna y salió por la ventana a patadas. Al rato volvió a entrar, sujetado por dos individuos idénticos a él. Parecieron reconocer a nuestros héroes.
- Saludos, héroes. Me llamo Pipumpápumpi, y estos son mis hermanos Pipumpapumpi y Pipumpapumpí. Hemos oído hablar de vuestras hazañas, y no nos las creemos - dijo el gemelo guapo.
- Pero a pesar de todo queremos acompañaros - dijo Pipumpapumpi, el gemelo normal.
- ¡Arrrgffffssssdsss! - gimió Pipumpapumpí, el gemelo feo. Los tres eran idénticos.
- Desde luego, vuestros padres tuvieron imaginación con vuestros nombres, pero no variedad - dijo el Guerrero del Antifax rascándose el píloro.
- Esa es nuestra hermana - dijo Pipumpapumpí, todo convencido.
- ¿Quién? - preguntó Giman, el cual se sintió solo y abandonado.
- Variedad - respondió Pipumpápumpi, el gemelo guapo.
- ¡Mierda! - exclamó Giman, el cual se sintió apesadumbrado.
- Ese era el abuelo - respondió Pipumpapumpí en medio de una Epifanía.
- Hola, chicos. Ya he vuelto - gritó Dorimedonte Teodosio "el Nano", villanos le maten, que volvía de comprarse ropa nueva.
- Grrouurpfs - dijo Bárbara, y pateó al Nano con avidez.
- ¡Ay, ay, ay, ay, ay, ay! - respondió el Nano.
- Si queréis venir con nosotros, tendréis que acompañarnos - dijo Giman, el cual se sintió ridículo.
- ¡Entonfes, bongábodos en marfa! - dijo el Nano, y toda la taberna se dedicó a darle collejas, menos Giman, que trataba infructuosamente de desclavar su espada del techo. El Nano gemía.
El ahora aumentado grupo salió de la taberna, caminó un rato, y luego se detuvo.
- A todo esto, ¿a dónde vamos? - preguntó Boing Bum Tchack.
- A donde nos lleve el camino - respondió el Guerrero del Antifax. Giman se sintió abandonado.
- Pero si por aquí se vuelve al castillo del rey Pringasaltos 3º - dijo Coñan pintándose los labios. El reloj dio la 1. El Parjolillo lanzó un hechizo contra el reloj, pero falló y sólo consiguió que Pipumpapumpí ansiara una vida de virtud y castidad, por lo que se metió a monje.

- ¡He visto la luz, hermanos! - decía mientras se alejaba. Y cuentan que al final de su viaje, llegó hasta un monasterio donde le acogieron. Allí se puso al fin los hábitos, pero como eran 6 tallas menores que la suya, murió asfixiado. Pero esa es otra historia y ahora paso de contarla. Apenados por la partida de su amigo, nuestros héroes patearon a Dorimedonte Teodosio "el Nano", villanos le maten, el cual no se sintió complacido. En ese momento, unos domingueros se apearon de su Porsche y les mantearon a todos durante 342 horas. Cuando les dejaron, dos bandadas de pájaros radioactivos les bombardearon con cagarrutas atómicas dejándoles medio muertos. Cuando se recuperaron un poco, los que estaban mejor ayudaron a los demás a patear al Nano, el cual había vivido momentos mejores. A lo lejos, se vislumbraba el castillo del rey Pringasaltos 3º, a una altura de unos 400 metros.

- ¿Cómo subiremos hasta allí? - preguntó Pipumpapumpi, antes de que le arrojaran a una fosa séptica.
- Podríamos pedir una escalera - dijo Coñan, y se cayó. Mientras pensaban qué hacer, Coñan aprovechó que estaba en el suelo para esnifar la gravilla del camino.
- Podríamos hacer una torre humana, sólo necesitamos la colaboración de unos 1500 hombres - propuso Pipumpápumpi, el gemelo guapo, mientras guardaba su laúd en un bolsillo. Como no se les ocurría ninguna solución satisfactoria, decidieron entrar sin más. Una vez dentro, les condujeron a presencia del rey. Pringasaltos 3º estaba triste. ¿Qué tendrá Pringasaltos?
- ¡Señor! Los héroes han regresado - dijo uno de los guardias antes de arrojarse al foso.
- ¿Freou7594 38d fd34287 cvi? - preguntó el rey.
- Viernes, su majestad - respondió el Parjolillo, mientras los héroes le pegaban pescozones a Dorimedonte Teodosio "el Nano", villanos le maten. El Nano, con cierta solemnidad, pues también era de cuna noble, preguntó:
- ¿Dófde eftá el fotiquín, for fafor? - dijo, y el rey le mandó fusilar.
- ¡Señor, hemos cumplido nuestra misión! - aventuró Giman, el cual se sintió desfallecer. Alzó triunfante la funda de su espada sobre su cabeza, pero como ésta tenía un muy alto grado de flaccidez, se dobló y cayó sobre su cabeza, despertando la hilaridad de todos los allí presentes.
- ¡T$reeru 43 reiuah 389032 sdfjk aewiua3 78 r23 fsd! - voceó el rey, y se le cayó la nariz.
- ¡Mambo! - respondieron los guardias con una grácil pirueta.
- ¡Gerioc 9043 jfren rew’ eppw34 oirew`q49 reu aa76478 32 fdew! - rugió el rey claramente enfadado. Pegó un puñetazo en el brazo de su trono y se convirtió en gravilla. Todos miraron desolados la escena: el rey había muerto.
- ¡El rey ha muerto! ¡Larga vida al rey! - empezó a vocear la gente.
- ¡Un café con leche! - gritó algún despistado. Después de que Coñan esnifara los restos de su padre, el príncipe ocupó su lugar en el trono. El Guerrero del Antifax presidió la ceremonia de posesión del nuevo rey.
- ¿Juras ser un buen rey, preservar la justicia, velar por las noches y dormir por el día, aprender las artes de la numismática y a sexar chinches? - pronunció solemne mientras le conectaban a un pararrayos.
- Reveru34 fwuio 44 328’23 sdklañ.m, . 23p`sa .,mnce4e¡’23 - respondió el príncipe, y se le torció un pie.
- Serás un buen rey - dijo el Nano, y el rey le mandó empalar.
- ¡Nnnnnngggggggsssssaaaaaaaaaarrrrrrrrggggffffssss! - voceó el Guerrero del Antifax cuando le alcanzó un rayo. En ese momento, explotó el castillo.

FIN

martes, 19 de febrero de 2008

War is over?

Quien mas quien menos conoce la "guerra" que se ha librado estos meses para imponer un estándar en los discos de video de alta definición: HD-DVD y BluRay. Pues parece ser que ya ha terminado. Hoy se anunciaba en varios medios que Toshiba, la empresa que creó el HD-DVD, abandonaba definitivamente ese formato. De hecho, en la página web dedicada al HD-DVD, ya solo se pueden ver actualizaciones de firmware para los modelos existentes. Al contrario de lo que ocurrió con la guerra VHS-Betamax, esta lucha por la supremacía ha sido tan corta que la Unión de Consumidores ha declarado que es motivo de reclamación para todos los pobres pardillos que se compraron un reproductor HD-DVD y ahora van a tener que comérselo con patatas. Aunque no lo han dicho con esas palabras. Porque es poco probable que las productoras vayan a desperdiciar tiempo y dinero en editar películas en un formato ya oficialmente desaparecido.


Todo este artículo está basado en las noticias de la prensa seria y por lo tanto es tan creíble como ésta.

domingo, 17 de febrero de 2008

Proximamente en su pantalla

Hoy paso de complicarme la vida. Estaba mirando los próximos estrenos en DVD y a la vista de las joyas que van a sacar he decidido llenar un post con esto. Y es que miren por dónde me he encontrado con una vieja amiga de este blog:

MAMUT. Sí, esa película tan maravillosa que ya les comenté AQUÍ la sacarán en DVD el próximo día 20. Una edición normalilla pero barata.

AMANECER ROJO. Esta película confieso que no me interesa en lo más mínimo, pero tengo un amiguete que sin duda gozará con este estreno. Y no porque le parezca buena película, sino por todo lo contrario. Seamos claros: es una mierda. La historia de cómo unos estudiantes de instituto se enfrentan a la invasión de los comunistas. Pero es que ver el comienzo, con esos guerrilleros cubanos cayendo en paracaidas sobre los colegios yanquis para invadirlos no tiene desperdicio, caramba.

ENANO ROJO. Venga, ya vamos mejorando. Esta vez si que recomiendo el visionado e incluso la adquisición de este pack. Una serie realmente divertida hecha con cuatro duros y mucho talento. Que por cierto, también sacan la versión en catalán, pal que le interese.

COMO CONOCI A VUESTRA MADRE. Otra peaso de serie. Si alguno de ustedes todavía no la conoce que sepa que es una mala persona y merece muerte morbosa por eso. Aunque aviso, el protagonista es insopor... espera un momento... table. Realmente odioso. Veanla, aunque no recomiendo que se la compren, porque los muy cretinos han editado en 4:3 una serie rodada en 16:9, y para una chapuza no me gastaría la pasta que te clavan por ella.

BLADE RUNNER. ¿Hace falta comentar algo? Bueno, sí, que la versión de lujo que te cagas está mas que descatalogada y esta no trae el cochecito de regalo. Snif.

MAZINGER Z, EL ROBOT DE LAS ESTRELLAS + EL ATAQUE DE LOS SUPERMONSTRUOS. Otro DVD del que no hace falta comentar nada. El título ya lo dice todo. Véanlo bajo su propia responsabilidad. De comprarlo ya ni hablamos.

EL HOBBIT. Y por último una rareza. Si esta es la película que pienso, y tiene que serla, entonces se trata de una de las películas de animación más demenciales que se han hecho. Vi un fragmento en casa de un amigo, hace años, y no daba crédito a lo que veía. Tenía los diseños mas monstruosos que jamás he visto en algo supuestamente dirigido a los niños, de los que los hacen llorar de miedo, los movimientos no eran precisamente muy fluidos ¡y creo que hasta cantaban! Pero lo mejor de todo era ese Gandalf ninja, capaz de moverse a la velocidad del viento y camuflarse hasta detrás de una bolsita de té. Y por supuesto también cantaba. Aléjense de ella como de la peste.



lunes, 11 de febrero de 2008

OSCURIDAD ESTIGIA

Bueno, como ya amenacé, voy a dedicar algunos posts a volver a subir mis estúpidos relatos de aventuras absurdas. Aquí va el primero. Si alguien todavía conserva buena opinión de mí que se lo salte...






OSCURIDAD ESTIGIA

( EDICIÓN ESPECIAL )



Eran las 5 de la madrugada. Las tinieblas envolvían las sombras oscureciéndolas tanto que parecía de noche. De hecho, era de noche. En el pueblo, el gallo cantó a la mañana. El jodido gallo siempre cantaba a las 5 de la noche, pero los habitantes del pueblo eran unos incultos y le hacían caso. El índice de muertes por agotamiento era enorme.

La taberna del pueblo se llamaba “El Carnero Blanco” y, como siempre, la cerveza corría alegremente (el tabernero nunca se acordaba de reparar el agujero del tonel), los clientes se desmembraban unos a otros, contaban chistes verdes o apuntaban muchas “I” en un papel en blanco. Sólo una mesa estaba tranquila. En ella se encontraba un hombre musculoso y calvo que carecía por completo de vello corporal: era Giman, el héroe, que se cortaba las uñas con su hacha de doble filo. En ese momento, un siniestro encapuchado se sentó en su mesa.

- Podría haber cogido una silla - dijo Giman, el cual se sintió deprimido.

- Eh... sí - el hombre se bajó de la mesa y se sentó en una silla. - ¿Me puedo sentar?

- Ya lo ha hecho - dijo Giman, el cual se sintió molesto.

- He oído que sois un aventurero.

- Ajá - dijo Giman, el cual se sintió desplazado.

- Vengo a proponerle un negocio.

- Vaya al grano - dijo Giman, el cual se sintió desgraciado.

- ¿Perdón?

- ¿Eh? - gimió Giman, el cual se sintió desorientado.

- Me ha dicho que me vaya al grano.

- Eh... sí, eso he dicho - dijo Giman, el cual se sintió desolado.

- Me parece una grosería por su parte, caballero.

- Quizá lo fuera - respondió Giman, el cual se sintió avergonzado.

- Yo nunca le he hecho daño a nadie, no se por qué la gente me trata siempre así - contestó el sombrío personaje, y echó a llorar. Conmovido, Giman le abrió la cabeza de un certero golpe de su hacha de guerra, para después trasladar el cadáver a un callejón cercano y dárselo de comer a los perros. Su familia no sabría nunca nada más de él. Uno de sus hijos, el más mayor, continuaría la búsqueda que inició su padre para conseguir gente para montar una pescadería. Y cuentan que al final lo encontró: un apuesto y eficiente joven que dispensaba trato amable a la clientela y era sagaz en las cuentas. Lamentablemente, pronto debería emprender de nuevo su búsqueda, pues el apuesto joven, en un ataque de hambre voraz, se asfixió al intentar tragarse todo el género. Pero esa es otra historia que ahora no viene a cuento.

Dorimedonte Teodosio "el Nano", villanos le maten, encontró a Giman en el callejón, tirado en el suelo, mientras una jauría de perros intentaba devorarle. Junto a él se encontraba Bárbara la bárbara, que tenía aspecto de bárbara. Por eso se llamaba Bárbara. Cuando nació le dijeron a su padre “ha tenido usted una bárbara” y él pensó que es que tenía que llamarse así. Con el paso del tiempo, el padre de Bárbara comprendió por qué los barbos nadan río arriba, pero eso le traía sin cuidado a la niña. Ella quería luchar. Todos los días le daban una escoba para que barriese, pero ella la usaba para perfeccionar su entrenamiento marcial. Como resultado del afán de Bárbara por la lucha, en el pueblo cambiaban de cartero 8 veces al mes y además la casa de su familia daba asco verla, y no recibían visitas, porque éstas eran aprovechadas por la pequeña como contrincantes y ya no se atrevían a venir. Toda la familia se lamentó de esa situación que había acabado con su vida social y les obligaba a vivir como eremitas. Ante las quejas que recibía, el padre de Bárbara tomó una determinación, y se fue a estudiar a los barbos en su elemento. Por su parte, Bárbara decidió recorrer el mundo en busca de aventuras, llevándose consigo su escoba, la única arma en la que estaba entrenada. Cierta vez se encontró con Dorimedonte Teodosio "el Nano", villanos le maten, y le molió a escobazos, pero luego le cayó simpático y se fue con él de aventuras.

Allí estaban, pues, al lado de Giman, el cual gemía y luchaba por su vida.

- Este es Giman, mi compañero de aventuras - dijo Dorimedonte Teodosio "el Nano", villanos le maten, a su amiga.

- Aaaaarrrrg breeeefffsss grrouurrekk - dijo Bárbara.

- ¡Pues deberías hacer algo! - dijo el Nano, y Bárbara empezó a patearle.

- 236 x 512:98.02 = 1232.728 - dijo Sancho Ensanchado, el escudero del Nano.

- ¡Hiiiiihaaaaaa! - dijo Abanderado, el asno de Sancho.

A todo esto, Giman consiguió por fin que los perros devorasen el cadáver y salir del callejón mas o menos de una pieza. Vio al Nano en el suelo retorciéndose de dolor por las patadas que le propinó Bárbara y aprovechó para patearle por todo el cuerpo.

- Gggrouuuupfss snaks buaaarrgfs gr - dijo Bárbara.

- ¿Te gustan las natillas? - preguntó Giman, que era un seductor nato. Bárbara asintió, así que se fueron juntos a la taberna, cogiditos de la mano, dejando ahí tirado a Dorimedonte Teodosio "el Nano", villanos le maten, retorciéndose de dolor por las dos palizas propinadas, momento que aprovecharon unos rufianes para robarle todo lo que llevaba encima. Dentro de la taberna, nuestros jirous (heros) se encontraron al Guerrero del Antifax, enemigo del mal, de la injusticia y de los transmisores de imagen digitalizada por vía telefónica. Estaba hablando con Coñan, el bárbaro, llamado así porque su nombre empieza por C (en su tierra son algo incultos). Tenían un pergamino sobre la mesa, e intentaban descifrarlo.

- Quizá lo entenderíais si le dierais la vuelta y pusierais la cara escrita hacia arriba - dio Giman. Coñan y el Guerrero del Antifax se dieron la vuelta y quedaron muy feos.

- ¡Giman! ¡Pedazo de mamón! ¡Cuanto tiempo sin verte! - dijo Coñan, y echó a llorar.

- ¿Quién es la dama que te acompaña? - preguntó el Guerrero del Antifax.

- No tengo ni idea, pero está muy buena - respondió Giman.

- Grrouppfsss jjaaaaksss eerfffggg - dijo Bárbara, y Giman gimió.

- Bueno (sob) el caso es que (snifsl) ahora se puede leer el pergamino - sollozó Coñan, que ya había seguido el consejo de Giman. En ese momento entró Dorimedonte Teodosio "el Nano", villanos le maten. Aún le dolía todo el cuerpo, le habían dejado sin un duro y los pájaros se le habían cagado encima, pero era feliz. Si algo tenía este chico era optimismo.

- Ficos, ¿fabeis cuándo darda en dreced uda deftafura duefa? - preguntó.

- Pues no, no lo sabemos - respondieron como un solo hombre.

- Poco, según tengo entendido - respondió el sacudido.

- ¡Chicos, esto es el plano de un tesoro! - gritó Coñan apuntando al pergamino, el cual se rindió. Los héroes se abalanzaron sobre la mesa para inspeccionar el mapa. Y el resto de la posada también. Enseguida se desató la pelea por la posesión de tan preciado tesoro. Giman luchó encarnizadamente con su espada aún enfundada. Aquello se debía a que la funda había encogido con las últimas lluvias y ahora no había manera de sacar la espada de su interior. Coñan, por su parte, empezó a demostrar su pericia con la espada haciendo hábiles malabarismos con ella, pero como no parecía que fuera a luchar, nadie le hizo mucho caso. Bárbara se lió a escobazos con todo el que se le acercaba. Dorimedonte Teodosio "el Nano", villanos le maten, no tardó en encontrarse sirviendo de alfombra a todos los combatientes de la sala. El Guerrero del Antifax sacó su hacha a dos manos y con un salvaje grito de furia, salió de la posada y se puso a talar un árbol.

Al poco rato acabó la pelea. Bárbara barría los enemigos que había vencido. Giman consiguió desenfundar su espada, Coñan se hernió los brazos, y el Nano...

- ¡Hemos vencido! - gritó Giman alzando triunfante su espada y clavándola en el techo de la taberna.

- Mis brazos... - gimió Coñan mientras Giman trataba de desclavar su espada del techo.

- ¿Desean algo más los señores? - preguntó servicial el posadero mientras echaba los cadáveres en la despensa, con vistas a hallarles alguna utilidad en el futuro.

- El fotiquín, for fafor - dijo Dorimedonte Teodosio "el Nano", villanos le maten.

- ¡Árbol vaaa! - gritó el Guerrero del Antifax desde el exterior momentos antes de que la taberna fuera aplastada por un gran abeto.

Oscura atardeció la mañana, pero eso no parecía importarle mucho a nuestros héroes, que seguían dormidos. Sobre las 12 de la mañana decidieron despertarse y ponerse en camino hacia... ¿hacia dónde?, pensaba Coñan. Después de todo el ajetreo se había olvidado de leer el pergamino. Se puso en pie. Allí estaba Giman depilándose los sobacos sin prestarle al mundo más atención que a sus pelillos. A pesar de todo, debía contárselo.

- Giman - dijo Coñan a Giman clavando en su pupila su pupila azul.

- Qué - respondió Giman a Coñan clavando en su vientre su daga negra.

- ¡Aaaaiigfsl! - esputó Coñan ante el frío acero.

Después de que el Nano le cosiera las tripas a Coñan le dieron un puntapié y siguieron viaje. Bárbara barría las huellas que dejaban hasta borrarlas. No sabía por qué, pero todo el mundo lo hacía en estos casos. Tardaron un buen rato en darse cuenta de que habían pasado del desierto a la jungla. Y esa jungla era muy peligrosa. Era el territorio de los Parjolillos. Los Parjolillos eran una raza mitad hombre mitad rana. No eran muy listos, pero sí feroces. Y tenían unas ancas deliciosas. El reloj dio la una. Nuestros héroes estaban ojo avizor.

- ¡Nos van a matar! ¡A todos! - dijo el Nano.

- Sen67 x Cos32 + ( Tg87 ) 4 = 132562.15 - dijo Sancho Ensanchado.

- ¡No tenemos salvación! - Voceó Giman.

- Grourf gñack sfloooosh - dijo Bárbara.

En ese momento atacaron los Parjolillos. Eran muchos. Muchísimos. Demasiados. Tantos, que si pudieseis contar con los dedos hasta 5000 veces por segundo, vuestra manicura se volvería loca. Pronto, donde antes estaban los héroes, ahora había una montaña de alegres Parjolillos vociferantes. Atados a gruesos palos, nuestros jirous eran transportados hasta un poblado. Como toda la tribu había salido de caza, al volver encontraron la aldea vacía. Como hemos dicho no eran muy listos y, creyendo que estaba abandonada, se fueron a buscar la suya. Como todas las que encontraron no tenían un alma, por las mismas razones, al final la selva se llenó de Parjolillos perdidos y aldeas abandonadas. Al no tener donde cocinarlos, los Parjolillos soltaron a nuestros muchachos y se volvieron vegetarianos. De este modo, se convirtieron en una tribu nómada. Y cuentan que en sus vagabundeos los Parjolillos se encontraron con un anciano muy sabio que les enseñó física atómica, debido a lo cual acabaron convertidos en zombies radiactivos, pero esa es otra historia y ahora no voy a explicarla.

Nuestros héroes abandonaron la selva, junto a un Parjolillo que se les unió y que respondía al nombre de Boing Bum Tchack. También respondía cuando le llamaban.

- ¡Quiero correr aventuras con vosotros! ¡Ribit! - dijo Boing Bum Tchack.

- Te advertimos que es muy peligroso - dijo el Nano chupándose la rabadilla.

- Brouungggssrruuuuaaarrggsss - todos creyeron que era Bárbara, pero en realidad fue el Guerrero del Antifax, que se estaba tragando una piedra.

- Además, todavía no nos has dicho qué sabes hacer. Dijo Giman, que todavía no había hablado. En ese momento, Coñan decidió decirles que aún no había leído el pergamino. Pero no bien había abierto la boca cuando unos domingueros se apearon de su Porsche y les mantearon a todos durante 32 horas. Otra vez, Coñan guardó silencio.

Cabalgaban plácidamente por una tundra repleta de árboles, cuando al cruzar un río por su respectivo puente, Bárbara creyó ver a su padre nadando tras un banco de barbos, pero no le prestó mucha atención. Boing Bum Tchack, a pesar de lo ocurrido, seguía ansioso de aventuras, y les contó a our jirous que él era un poderoso mago con poderes extraordinarios, aunque no sabía para qué servían. Una vez cruzaron el puente, se toparon con cerca de 78 bandoleros con aviesas intenciones. Sin pensárselo dos veces les rodearon. Fueron estrechando el círculo cada vez más, impidiéndoles escapar, hasta que los 78 acabaron por rendirse. Las gentes del pueblo cercano les vitorearon cuando entregaron a los criminales a la justicia.

- ¡Loor y gloria a los extranjeros!

- ¡Viva! ¡Viva! ¡Viva! ¡Viva!

- ¡Larga vida a los que nos han librado de esos criminales!

- ¡Linchémosles!

- ¡Eso!

¡Ah! Cuan baja es la caída de los ídolos de las masas cuando éstas deciden que ya han estado demasiado tiempo en la cumbre. Así fue como nuestros héroes acabaron crucificados a la salida del pueblo. Por haberles librado de los bandidos les ataron a las cruces en lugar de clavarles, gracias a la intervención de un hombre santo, que se apiadó de ellos y convenció a la muchedumbre de que les tratasen con misericordia. Y cuentan que al irse del pueblo, aquel hombre dirigió a los héroes una mirada cargada de piedad, para luego partir hacia lugares remotos, en los que luego se haría famoso como un sanguinario bucanero. Pero eso es otra historia, y no voy a decir nada más del asunto. Por los comentarios que oían por las calles, nuestros héroes pensaron que probablemente los aldeanos cambiasen de opinión rápidamente respecto a dicho trato piadoso. Pero tal tragedia no llegó a ocurrir, pues en ese momento llegaron unos domingueros en un Porsche que les mantearon durante 186 horas con cruces y todo. Para cuando terminaron, ambos, cruces y héroes, estaban hechos polvo, pero en cuanto se recuperaron un poco, escaparon.

- ¡Qué desagradecida es la gente! - dijo Boing Bum Tchack lamiéndose un ojo.

- Ya te dije que correríamos riesgos - dijo el Nano mientras Coñan estrangulaba a su caballo. Tuvieron que retrasar la marcha, ya que ahora Coñan tenía que ir a pie. De repente, un inmenso troll se les cruzó en el camino. Tenía cara de mala uva, pero el cuerpo era de hombre fornido y enorme.

- ¿Qué hacéis por este camino? - preguntó el troll con su cara de uva podrida.

- Caminar - respondió el Guerrero del Antifax. La abrumadora lógica de la respuesta confundió tanto al troll que se exprimió el cerebro pensando y, claro, murió.

Al llegar la tarde caminaban por un bosquecillo idílico y hermoso. El suave y melodioso trino de los alegres pajarillos era rápidamente acallado por las saetas de nuestros héroes, que amaban el silencio. Llegó la noche. Llegó el día. El Parjolillo se despertó y vio a Giman de guardia, que estaba depilándosela. Se acercó a él y le dijo:

- Qué bien se está aquí ¿verdad?

- Sí - respondió Giman, que era hombre de pocas palabras.

Coñan se despertó sobresaltado. Tenía que decirles, ahora o nunca, que aún no había podido leer dónde estaba el tesoro. Se levantó y les dijo a sus amigos que le mirasen. Estos lo hicieron con tanta atención, que Coñan sintió vergüenza y no pudo decirles nada. Por molestarles por nada, sus compañeros le dieron patadas en el páncreas hasta la inconsciencia. A él y a Dorimedonte Teodosio "el Nano", villanos le maten. Aprovechando que estaban totalmente absorbidos por el linchamiento, unos rufianes les robaron los caballos. Solos y choriceados, siguieron el camino a pie. Al mediodía siguiente, se toparon en el bosque con una horda de orcos.

- ¡Moriremos luchando! - gritó el Guerrero del Antifax.

- ¡No! ¡No quiero morir! - gritó el Nano.

- ¡Grrooaaaapppffss! - gritó Bárbara.

Así comenzó la cruenta lucha entre orcos, humanos y Parjolillo. Coñan hacía gráciles malabarismos con la espada, pero los orcos pasaban de él. Bárbara se lió a escobazos con el jefe, el cual huía en todas direcciones incapaz de ver de dónde le llovían los golpes. Giman lanzaba piedras a sus enemigos, pues no pudo desclavar su espada del techo de la posada. A Dorimedonte Teodosio "el Nano", villanos le maten, le estaban moliendo a gorrazos un par de orcos. Como dichos gorros eran cascos de acero, le estaban dejando que daba gloria verle. Sancho Ensanchado miraba divertido la escena. Por último, Boing Bum Tchack lanzaba sortilegios a diestro y siniestro. Es el último porque el primer conjuro lo lanzó contra el Guerrero del Antifax, para entrar en calor.

Cuando acabó la batalla, el jefe orco tenía el cráneo hundido dentro del torso, Coñan tenía los brazos destrozados, 5 orcos estaban enterrados bajo una lluvia de piedras y el resto estaban flotando, convertidos en babosas refulgentes o resolviendo ecuaciones atómicas, gracias a los hechizos de Boing Bum Tchack. Precisamente por un conjuro del Parjolillo, el Guerrero del Antifax se pasó la batalla pastando alegremente en un prado cercano.

- ¡¿Qué terrible maldición le has echado? - preguntó Coñan.

- ¿Y qué más da? - dijo el Parjolillo, y emitió un largo suspiro. - Así es feliz. - Completamente de acuerdo con él, nuestros héroes decidieron seguir el ejemplo del Guerrero del Antifax y llenarse las tripas con hierba fresca, de modo que estuvieron pastando durante todo el tiempo que el Nano estuvo inconsciente tras la paliza que le propinaron los orcos. Cuando acabaron, nuestros héroes reemprendieron la marcha. Al sol de la mañana, los búhos cantaban alegres:

- Me casó mi madre,
me casó mi madre,
chiquita y bonita ay ay ay
chiquita y bonitaaaa,
con un muchachito,
con un muchachito que yo no quería ay ay ay
que yooo nooo queríaaa.

Por fin abandonaron el bosque, y llegaron a la entrada de una cueva. Coñan no pudo aguantar mas.

- ¡Lo siento, pero no he leído todavía a dónde tenemos que ir! - dijo.

- Bueno, pues leámoslo ahora - dijo el Guerrero del Antifax. - ¿Dónde está el pergamino?

- Me lo he comido - dijo Giman.

- Glooourfleeeeshaaaaa - dijo Bárbara.

- ¿Y qué más da, si ya hemos llegado? - dijo el Nano, y le pegaron.

El caso es que ya habían llegado a la cueva del tesoro, así que entraron. El interior estaba iluminado por antorchas. La bóveda de la cueva era tan hermosa, que nuestros héroes cayeron por un precipicio por mirar hacia arriba. Al final les esperaba el tesoro. Y el dragón que lo custodiaba.

- Sabed, mortales, que os encontráis en la morada del terrible dragón Pinbiribón, de la que nunca ha salido nadie con vida - dijo el dragón con un tono de voz que helaba la sangre.

- ¿Y dónde está ese lagarto, si puede saberse? - preguntó el Guerrero del Antifax.

- ¡Soy yo! - rugió Pinbiribón, con tal furia, que se les derrumbó la cueva encima.

FIN

jueves, 7 de febrero de 2008

Torcidos Humanos

Me llega un mail de Amnistía Internacional enviándome este link para denunciar que las televisiones de este pais llevan ocho meses impidiendo la emisión del siguiente anuncio por considerarlo publicidad partidista y política, algo prohibido fuera del periodo electoral, y que quien lo emita se llevará una multa de la hostia y tal. Como después de verlo un servidor no cree que sea para tanto he pensado compartirlo para rellenar otro post, asi rapidito. Además, tiene su coña, el jodío.

Para mas información del caso, siempre según AI, pasen por el siguiente enlace.